Con casi 500 hectáreas, el Jardín Botánico Nacional de Cuba ofrece un oasis verde a las aves, a otros animales salvajes y a las personas, en la capital, La Habana. Es conocido por su extensa colección de palmeras, sus muestras etnobotánicas, sus invernaderos y su sereno Jardín Japonés. De noviembre a febrero es un lugar ideal para observar aves migratorias, mientras que algunas de las aves endémicas y autóctonas más emblemáticas de Cuba pueden verse durante todo el año.
La nueva guía de campo “Aves del Jardín Botánico Nacional de Cuba” es la obra más completa, autorizada y actualizada de su género. Hablamos con sus autores, el Dr. Martín Acosta, la Dra. Lourdes Múgica y la MSc. Karen Aguilar, sobre la guía de campo. Nos hablan de la exhaustiva investigación que se llevó a cabo para su creación, de cómo el equipo perseveró a pesar de los numerosos contratiempos, de sus sorprendentes hallazgos y gratos recuerdos en el jardín, y de consejos para los aspirantes a autores de guías de campo.
¿Qué los inspiró a crear una guía de campo para las aves del Jardín Botánico Nacional?
Es una larga historia de amor entre nuestro grupo y las aves del Jardín Botánico Nacional. En 1982 el Dr. Martin Acosta comenzó a tutorear una tesis de licenciatura sobre las aves del jardín, desde entonces se dio cuenta que, con sus casi 500 hectáreas y variada vegetación, era un lugar privilegiado, a pesar de que en ese entonces se detectaron menos de 40 especies. A partir de ahí realizamos varios estudios sobre la ecología de las especies que habitaban las diferentes zonas que conforman el jardín.
Más adelante en 1990 publicamos una pequeña y rústica guía para identificar las aves, contaba con 41 especies, como no teniamos cámara ni forma de obtener las ilustraciones, el Dr. Vicente Berovides, profesor de la Universidad de la Habana, dibujó a mano y con lápiz cada una de las aves, e increíblemente, se lograban identificar. Esa simple guía se vendió rapidamente, con lo cual pudimos constatar que que el público estaba ávido de ese tipo de información.
A partir del año 1990 llega a Cuba el conocido Periodo Especial, con una profunda crisis económica que no nos permitía investigar en las aves acuáticas de las arroceras y humedales naturales, donde centrabamos nuestras investigaciones. Ese hecho dio lugar a que toda nuestra energía y tiempo se enfocara en las aves del jardín, adonde viajábamos en bicicleta desde antes del amanecer para monitorear sus poblaciones y ensambles de aves, o hacer algun estudio de su historia natural y ecología o tutorear a nuestros estudiantes en sus tesis.
Con el tiempo nuestro conocimiento del lugar y compromiso de compartir los resultados fue cada vez mayor. Ambos, Martin y Lourdes pensábamos que nos ibamos a retirar sin cumplir ese sueño, pues no contábamos con fondos para garantizar escritura, edición, diseño e impresión de un libro. Aún sin los fondos, pero con todo el conocimiento acumulado de mas de 30 años, en 2019 logramos el impulso final, cuando la Dra. Banessa Falcón, Directora de Docencia e Investigación del Jardín Botánico Nacional, nos insiste en la importancia de lograr ese libro y la MSc Karen Aguilar se une a los autores para contribuir de forma voluntaria con el diseño, la fotografia y todo lo que hiciera falta.
De igual forma la Lic. Neyda Izquierdo, Premio Nacional de Edición en Cuba, realizó la edición de forma gratuita. Por otra parte la Dra. Banessa Falcón, nos apoyó a trabajar en el libro desde sus comienzos y fue nuestra editora científica por la parte botánica.
De esta manera, logramos reunir un fantástico equipo, con el cual el trabajo se convirtió en un constante intercambio de ideas entre personas maravillosas que le dedicaron numerosas horas a garantizar la calidad de los textos en tiempos de pandemia. En fin, que es una obra colectiva, llena de amor, de compromiso y de ciencia.
Hoy día, con 55 años el jardín cuenta con un ensamble de aves que se ha triplicado en diversidad, como respuesta al desarrollo adquirido por la vegetación, hasta el momento 128 especies, (tres de ellas despues de publicar el libro) han sido registradas en él, por lo cual, este grupo de vertebrados se encuentra entre sus mayores atractivos.
Sin dudas, este era el gran momento para traer a la luz la obra que pareció ser una utopía durante mucho tiempo, la cual nos permite valorar la importancia que puede tener un sitio antrópico bien manejado sobre la conservación de las aves, además de generalizar los resultados obtenidos en numerosas investigaciones de campo, que pueden ser útiles para otros jardines botánicos en Cuba y en el mundo.
¿En qué se diferencia esta guía de guías de aves cubanas?
Se diferencia en varios aspectos:
- Es la primera guía de aves cubanas elaborada totalmente con fotografías de aves, las guías que existen en la actualidad están basadas en ilustraciones.
- La mayor diferencia está en que incluye los close ups de las cabezas de la mayoría de las especies de aves (85%), que permiten apreciar detalles importantes que no son visibles en fotos generales o dibujos.
En el capítulo cuatro de la guía de campo, cada familia tiene una imagen general con las principales características de la familia y, a continuación, se presentan todas las especies de la familia. Cada especie tiene entre dos y seis fotos; los iconos y el texto completan las descripciones.
- Es la primera guía que dedica un capítulo a esclarecer la interdependencia entre el desarrollo de las comunidades vegetales y los ensambles de aves que las utilizan, además de dar a conocer diferentes aspectos de la ecología de algunas poblaciones notables . En otro capítulo se estimula la observación de aves en la sociedad cubana y se ofrecen informaciones para su mejor desarrollo.
- Es una guía basada en los resultados científicos originales obtenidos por los autores durante más de 30 años, no en una recopilación bibliográfica, e incluye un capítulo donde se expresan muchos de ellos.
- La incorporacion de recuadros dentro del texto de los capítulos generales resulta también novedoso en Cuba y permitió profundizar en elementos científicos vinculados al tema tratado y obtenidos por los autores en este jardín botánico.
- Se enfoca en una institución de conservación ex situ dedicada fundamentalmente a la conservación de las plantas, con lo cual se une a un pequeño grupo de jardines botánicos en el mundo que cuentan con una guía de aves.
- En el capítulo de la Guía de Campo se lograron presentar las 125 especies con 473 fotos. Aunque los autores cubrieron 70 %, el resto se debió a la desinteresada colaboración de 52 fotógrafos cubanos y extranjeros, por lo que es un resultado de la solidaridad en bien de la conservación.
- En sus primeros meses de publicación ha obtenido un premio nacional del Instituto Cubano del Libro (Primer Premio de la Crítica Científico Técnica 2022 y el Premio de la Universidad de la Habana al Mejor Libro Científico de Ciencias Naturales en el año. Es la primera guía de aves cubana que logra estos reconocimientos dentro del país.
Háblanos de los autores- ¿Como contribuyó cada uno?
Martin y Lourdes tuvieron la idea general de escribir una guía de aves desde 1990, cuando publicaron una primera versión, mucho más simple. Ambos contribuyeron con su larga experiencia, sus datos de campo, y los resultados de las publicaciones. Ellos hicieron la mayor parte del texto, el trabajo de campo y la revisión exaustiva de cada versión. Martín aportó numerosas fotografías, Lourdes muy pocas, creo que un par de ellas.
Karen diseño el libro, aportó la mayor parte de la fotografía, para lo cual le dedicó numerosas horas al trabajo de campo durante el proceso de elaboración del libro e hizo el procesamiento de las imágenes para el capítulo de la guía. Tambien escribío algunos recuadros generales.
Los tres autores mantuvieron una estrecha colaboración e intercambio durante los dos años y medio en que se trabajó intensamente en el libro. Además participaron activamente en la revisión final de los textos, de conjunto con la editora general y la editora científica.
¿Cuánta investigación ustedes necesitaron hacer para escribir esta guía de campo?
Esa es una buena pregunta, porque nunca trabajamos para hacer una guía de campo, trabajamos para contribuir al conocimiento de la historia natural de las aves que viven en el jardin, y mientras más aprendimos, más preguntas surgían. Así realizamos trabajos de reproducción, territorialidad, alimentación, dispersión de semillas, y composición y estructura del ensamble de aves asociado a algunos tipos de vegetación. Todos han sido de gran utilidad para escribir el libro.
Lo que si podemos decir es que no es suficiente saber la lista de aves que se han registrado en un sitio, se necesitan años de observaciones, numerosas horas de trabajo de campo y estudiar aspectos esenciales de la ecología de las especies de aves que alli habitan, para así contribuir a su conocimiento de forma más efectiva.
¿Que parte de la creación de la guía de campo – escribir, fotografiar, diseñar o editar- fue más difícil de lograr y un mayor reto para completer el libro?
La fotografía y el diseño fueron los grandes desafíos de este libro. La fotografía, porque nos propusimos una guía basada totalmente en fotos, y completar las fotos de 125 especies, en la que muchas de ellas eran raras o difíciles de fotografiar por su comportamiento, como por ejemplo los insectívoros aéreos, era realmente un reto mayor.
El diseño porque fue el primer trabajo de diseño de Karen, por lo que asumir esa tarea implicó largas horas de estudio intenso. Ambos retos fueron vencidos exitosamente.
En general fue un reto que tanto la escritura como el diseño fueran atractivos para un público muy amplio que queríamos que incluyera a niños, jóvenes y adultos, observadores de aves y especialistas en el tema.
¿Que los ayudó a mantenerse enfocados en un Proyecto tan largo?
En primer lugar el amor a las aves y conocer la importancia de lograr un libro como este que puede tener un gran impacto en la población y una contribución importante a su conservación. Poco a poco nos dimos cuenta de que el jardin puede contribuir y mucho a que la población conozca nuestras aves, y aprecie no solo su belleza sino todos los servicios ecológicos que prestan.
No es fácil visitar nuestras áreas protegidas, porque se encuentran en zonas aisladas de dificil acceso y poca transportación, sin embargo, el Jardín Botánico Nacional es un sitio cercano a la Habana (solo unos 30 km o 18 millas) y es muy visitado por la población de la ciudad.
En segundo lugar el trabajo de equipo que fue fabuloso y estimulante y nos mantuvo unidos y trabajando duro de principio a fin. Cada foto lograda, cada capítulo terminado, cada especie completada, fue un logro que disfrutamos ampliamente y nos mantuvo entusiasmados para alcanzar la próxima meta.
¿Qué fue lo que más les sorprendió aprender durante la elaboración de esta guía de campo?
Aprendimos cosas importantes, relacionadas tanto con las aves, como con la perseverancia y la fuerza de lograr nuestras metas.
En cuanto a las aves nos impresionó la belleza y complejidad de la cabeza de las aves, los close ups pusieron en evidencia detalles que no se capturan con los binoculares, ni con la fotografía de cuerpo completo.
Otro cosa que nos sorprendió fue el importante papel que juega el algodonero rojo (Bombax ceiba) en los meses de pricipios de año, cuando muy pocas plantas florecen en el jardín. En enero y febrero este árbol se cubre de flores de color rojo intenso y con él se asocian numerosas aves, pero no sólo en busca de insectos, néctar y polen, lo más sorprendente es que las flores acumulan gran cantidad de agua y las aves las utilizan como fuentes naturales, para saciar la sed, en estos meses de seca intensa.
Para Martin y Lourdes no fue difícil escribir el texto, conocían bien el lugar, las aves y ya habían pasado la experiencia de trabajar en otros libros. Pero para Karen el reto fue inmenso, no sabía de diseño, ni de fotografía ni era capaz de reconocer las aves. Estos coconocimientos eran indispensables para completar el libro.
Eso implicó numerosas horas de auto estudio para aprender a trabajar los programas CorelDraw, Photoshop, e inDesign, tomar cursos de fotografia, estudiar el contenido de las principales guías de aves que se han publicado en América, aprender el estilo particular de brindar la información en las guías de campo, y al mismo tiempo, realizar constantes visitas al campo para tomar fotografias, aprender a reconocer las aves, y trabajar en el libro. Todo en tiempos de pandemias con numerosas limitaciones económicas en el país.
¿Tienen alguna historia simpática que les haya ocurrido durante la elaboración del libro que puedan compartir ?
Hubo muchas historias. Al principio karen dijo que quería que la guía fuera con fotos, para que aportara algo diferente con respecto a otras guías cubanas. Cuando intentó tomar sus primeras fotos, a un sinsonte y un gorrión, después de mucho esfuerzo, no logró ni una foto con su lente, en ese momento se dio cuenta que el camino iba a ser largo, difícil y que le faltaba mucho por aprender.
Recuerdo cuando fuimos al zoológico a tirarle fotos a las garzas que permitieran obtener sus close ups. Las garzas querian dormir y bajaban la cabeza con los ojos cerrados, no había manera de que levantaran la cabeza para tirar las fotos, le gritábamos desaforadamente y en el momento que despertaban Karen tiraba la foto, las personas pasaban y nos miraban como si estuviéramos locas con aquellos gritos, realmente nos reimos mucho.
Otro día Karen se fue sola en moto para el jardín a tirar fotos, al entrar ve un grupo de perritos cruzando la cerca y para la moto para disfrutarlos, pues los perritos le cayeron atrás y pasó buen susto, tuvo que correr a toda velocidad para que no la mordieran.
¿Cuánto tiempo les tomó completar la guía de campo?
Comenzamos en junio de 2019, el libro estuvo listo para imprimir en enero de 2022. Pero durante la covid tuvimos una interrupción de unos 6 meses en que estuvimos totalmente aislados sin comunicación, porque no todos los celulares que teniamos los autores servian para usar el internet y sin poder salir, o sea dos años aproximadamente.
Cuando finalmente logramos comunicación entre todos establecimos un método de trabajo que permitió avanzar relativamente rápido. A la misma vez que se iba avanzando en el texto, se trabajaba en el diseño, realizábamos visitas constantes al jardín, y le dedicábamos tiempo a buscar fotografías donde se reflejara lo que explicábamos en el texto y con lo cual actualizábamos la información.
De hecho, hasta 2019 cuando comenzamos a trabajar en el libro, se habian registrado 105 especies de aves, en 2022 ya ese número habia subido a 125.
Una vez terminada la obra, comenzamos a buscar fondos para la impresión, que finalmente fueron aportados por un proyecto de PNUD, logramos tener los primeros 300 ejemplares en noviembre de ese mismo año.
¿Cómo celebró la finalización de la guía de campo?
Los cinco, los tres autores y los dos editores estábamos tan felices, no podiamos creer que lo habiamos logrado, cuando vimos las primeras pruebas de impresión la emoción fue inmensa, lo celebramos pasando tiempo juntos y compartiendo las vivencias de cada uno.
¿Cuántas aves endémicas viven en el jardín?
De las 27 especies endémicas vivientes que hay en Cuba 10 se han registrado en el jardín y 12 de las 20 reportadas para las Indias occidentales, lo que hace un total de 22 especies dentro de esta categoría.
En el libro aparecen 9 endémicas de Cuba, pero recientemente se registró por primera vez el Tocororo con lo que se suma uno más.
¿Cuales son los mejores recuerdos que ustedes tienen observando las aves del jardín?
Cada vez que visitamos el jardín lo disfrutamos tanto, encontramos algo nuevo, un comportamiento diferente, en fin es difícil de decir. Por ejemplo, ver la salida del sol y el despertar de los pájaros, ver por primera vez la Cartacuba, ave típica de nuestros bosques bien conservados nos pareció increible y recientemente, acabamos de observar el Tocororo.
Recuerdo una ocasión en que empezó a llover, y tuvimos que tirar las fotos bajo la sombrilla para proteger la cámara, ese día registramos dos especies nuevas y logramos varias fotos de calidad para el libro, estábamos eufóricos!
Registrar una nueva especie siempre fue una fiesta para nosotros, lograr una foto que necesitábamos, con calidad y realizando una actividad que mencionábamos en el texto, ya era otra fiesta, puedo decir que los tres disfrutamos ampliamente cada visita, que en esos dos años fueron más de 60.
¿Donde se puede comprar esta guía en Cuba?
Hasta el momento no ha estado a la venta. La primera impresión ha sido muy corta con una alta demanda. Se ha usado para promocionar el libro y se ha utilizado como premio en concursos, festivales, se ha entregado a fotógrafos destacados de naturaleza, decisores, y algunas bibliotecas.
La segunda impresión que se realizará gracias al Betty Peterson Fund obtenido en el año actual debe dar la posibilidad de que se venda en el Jardín Botánico Nacional o en la Librería de la Universidad de la Habana, Alma Mater, en la Ciudad de la Habana.
¿Como se puede obtener una copia fuera de Cuba?
Esperamos poder vender el libro a través del sitio web de BirdsCaribbean.
¿Ustedes tienen en plan elaborar una versión de la guía en idioma Inglés?
Nos encantaría tener una version en Inglés y la idea es buscar fondos en el futuro para la traducción, diseño y revisión.
¿Qué le diría a un observador de aves que esté pensando en publicar su propia guía de campo?
Sigue adelante, no te detengas, trabaja duro, visita el sitio todas las veces que puedas, registra especies, comportamientos, fechas y lugares. Cuando recopiles suficiente información, busca un buen team y a estudiar y trabajar juntos. Una buena guía de campo es una obra colectiva, que puede ayudar a las aves y a las personas.
Nosotros hemos vivido siempre en un país pobre y bajo un fuerte bloqueo, con pocos recursos, poco transporte, problemas de comunicación y con elevada migración de personal joven. Si nosotros lo logramos, cualquiera que se lo proponga y le ponga empeño, constancia y amor lo va a lograr también.
Nuestros pequeños paises caribeños necesitan conocer su patrimonio natural, y estar conscientes primero de lo que tenemos, para que luego tomen conciencia de la responsabilidad de cada uno en cuidarlo y que todos podemos contribuir de alguna manera a su conservación. Libros como este son el primer paso a dar, el conocimiento conlleva apreciación, la apreciación es un paso importante para la conservación.
Puedes y debes.
Los doctores Lourdes Mugica Valdés y Martín Acosta Cruz son profesores de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana (Cuba). Imparten tanto cursos formales de ecología como en los programas de investigación y educación ambiental de la facultad. Junto con Karen Aguilar Mugica, son miembros del galardonado Grupo de Ecología de las Aves (BEG) de la Universidad de La Habana. El BEG es ampliamente reconocido por su contribución al conocimiento de la ecología de las aves acuáticas cubanas. Además, son miembros y amigos de BirdsCaribbean desde hace mucho tiempo.
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